No lloréis nunca, si un día el Ángel
de Dios pasa a nuestro lado y nos llama.
¿Acaso lloramos cuando el sol se oculta?
No, pues sabemos que en otro sitio.
Hay un nuevo amanecer.
Así es la vida del hombre, se duerme
en una oscuridad para despertar
suavemente, cálidamente, con una
Nueva luz, que iluminará otros
senderos del Amor que nos
brindó el Dios Eterno.
No lloréis nunca, si un Ángel de Dios
un día pasa a vuestro lado, pues
las lágrimas te impedirán ver
el nuevo amanecer.
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