lunes, 9 de mayo de 2011

MUERTE EN SEVILLA

Despertaba la noche suicida
¡¡Quién lo pudiera olvidar!!
Oscura, trágica, maldita…
el sueño me logró arrancar.
Truncaron de golpe dos vidas
cobardemente, por detrás.
Regaron con sangre Sevilla.
¡¡Quién pudiera perdonar!!
Alberto cayó sin vida.
Su pecado ser Concejal
defender la libertad conseguida
sin armas y respeto a los demás.
Asún cayó abatida
su pecado, esposa ideal.
Amante de su familia
y amigos de verdad.
Abrazados quedaron sin vida.
Cómo amantes llegó el final.
¡¡Absurda mano asesina!!
¡¡Quién pudiera perdonar!!

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