EL ÁNGEL DE LA VIDA (A mi Padre)

Llegó el tiempo de la partida.
Llegó el ángel de la promesa.
Llegó el ángel de la Vida.
Su alma, estaba dispuesta
y la siembra fue recogida.
Se durmió un santo sin vista
que supo doblegar su vida
a la voluntad quebrada
de vivir sin luz del día.
Se durmieron sus caricias
sus dolores, sus besos, sus risas…
Se durmió en silencio su alma.
¡¡ Mirando a Dios se despedía!!
Querido Padre del Cielo
que hoy estás en compañía
de éste que hoy recuerdo
con palabras de mi poesía…
Acógelo en tu seno
¡¡Mímalo con tu alegría!!
Que tus manos celestiales
le consuelen cada día.
Su tiniebla se tornó Tu Luz y
en oraciones las quejas recibidas
enmudeciendo en su boca los dolores
que la enfermedad le transmitía.
No fue mi padre cariñoso
ni con gestos, ni palabrerías
pero supo transmitirme en sus besos
el amor de sus caricias.
Y en su mirada vacía y terrena
una chispa siempre encendida.
¡¡ Un segundo que ahora anhelo
después de su partida!!
A ti, Enrique Bedmar, El Seco,
marido y padre de familia.
Pontanés, esposo y amigo
te dedico estas palabras
de quien te recuerda y
 quiere, tu hijo.
26 de mayo de 2011